Punto Rosa Monterrey

En respuesta a la convocatoria realizada en redes sociales, presenté un boceto en el que el color rosa fungía como elemento principal. Este primer esbozo no solo fue un simple esquema visual, sino que también representó una visión en la que el rosa podía transmitir emociones profundas y variadas. En esta primera etapa, el objetivo fue comunicar con claridad la idea central, delimitando las áreas que posteriormente serían trabajadas en tonos rosas, sin definir aún la totalidad de la paleta cromática. Cada matiz de rosa fue pensado para evocar sentimientos específicos, e incluso como un símbolo de unidad y amor. La elección de este color no fue casual; respondía a una intención de conectar con el público de una manera significativa, considerando el contexto social actual y la importancia de la empatía en nuestras interacciones diarias.

Tras ser seleccionado, desarrollé la obra final incorporando los colores complementarios al rosa, tales como verdes suaves y amarillos cálidos, con el propósito de lograr un equilibrio visual y una armonía cromática que reforzaran tanto la composición como la expresividad del cuadro. Estos colores complementarios no solo añadieron profundidad, sino que también crearon un contraste atractivo que guiaba la mirada del espectador a través de la obra. La interacción entre el rosa y los colores elegidos buscaba simbolizar un diálogo entre distintas emociones, creando un ambiente visual que invitara a la reflexión. A medida que la obra fue tomando forma, sentí que cada aplicación de color se convertía en una extensión de mis pensamientos y sentimientos, sirviendo para transmitir un mensaje más amplio sobre la vida, las relaciones y la conexión entre las personas.